La profundización de la disputa entre potencias abre el camino para un Proyecto Propio de los Pueblos


A nivel mundial se está desarrollando una de las crisis más profundas que ha tenido la historia. Esta crisis es un indicador de la caída del neoliberalismo, de la crisis y la irracionalidad del sistema capitalista a nivel mundial y del enfrentamiento entre proyectos que hoy divide a EEUU. Como en cada momento histórico en que las potencias entran en crisis y profundizan su enfrentamiento para apropiarse de la riqueza producida por los pueblos y saquearnos los recursos que nos pertenecen, se abre la oportunidad histórica de pensar y de avanzar en la consolidación de un proyecto propio, un proyecto para conquistar nuestra definitiva independencia, pensado por nosotros y para nosotros –las grandes mayorías nacionales y latinoamericanas.


El proceso de transformación que vivimos no es lineal, hay marchas y contramarchas. En cada país latinoamericano hay una complejidad y una correlación de fuerzas particular, donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Estamos luchando por parir el histórico sueño de la justicia social, la independencia y la liberación nacional y social.


Lo viejo, el proyecto financiero neoliberal no deja de intervenir en nuestros países latinoamericanos, ayudado por las oligarquías locales, por los sectores financieros y especuladores y por los grandes medios masivos de comunicación transnacionales. Es así que el pueblo boliviano sufre los movimientos separatistas que intentan poner en jaque el proceso de transformación que hoy expresa Evo Morales; estos sectores separatistas apoyados por la embajada de Estados Unidos, bajo el discurso de la democracia y la independencia intentan balcanizar el país, dejando los sectores más ricos (en términos de recursos naturales) a merced de los intereses norteamericanos. Ecuador sufrió la intervención de su territorio por parte de las fuerzas armadas estadounidenses y colombianas en una clara tarea intervencionista; en este caso hay que destacar la rápida respuesta de los países latinoamericanos que en la cumbre de Río pusieron un límite firme al intervencionismo de EEUU. Uno de los países mas retrazados en el proceso de integración latinoamericana es Colombia, en donde se lleva a cabo, por parte del gobierno neoliberal de Álvaro Uribe, la persecución y el asesinato de militantes colombianos. También se puede marcar las continuas operaciones que sufre el gobierno de la república bolivariana de Venezuela, que en estos últimos días sufrió una operación de inteligencia ya conocida en Latinoamérica y específicamente en Argentina, al ser asesinado el dirigente estudiantil Julio Soto, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad de Zulia y dirigente del partido socialcristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI).


Uno de los objetivos de muchas de estas operaciones, y en particular la que se vivió en Venezuela, es el de dividir a la sociedad civil. De esta manera se busca separar una fracción social (la clase media) del resto de las fracciones que componen el campo del pueblo, acelerando intencionalmente, a través de la profunda sensibilización social que estos hechos producen, la izquierdización política infantil.


La argentina no esta al margen de las intervenciones del proyecto financiero neoliberal y en ese marco se inscribe el llamado “paro del campo”, donde nuestro país vive nuevamente un momento clave donde lo que está en juego es profundizar el proyecto nacional popular y latinoamericano o restaurar hacia la contrarrevolución oligárquica- imperialista. Un momento clave donde el proyecto financiero neoliberal comandado por los sectores más concentrados del agro (pooles financieros del agrarios, Martínez de hoz, Grobocopatel, banco Galicia) y por los grupos financieros exportadores (Cargill, Monsanto, Citigroup) intentan imponer su proyecto avanzando sobre el control del sistema político institucional poniendo en jaque el sistema político democrático-formal.


El objetivo del proyecto financiero neoliberal es la división del pueblo para usarlo como base social de los golpes agrario-financieros (‘76), para lo cual permanentemente nos instala falsas discusiones que nos impiden la posibilidad de ir construyendo nuestro proyecto. A su vez pretenden conducir al pueblo retomando sus consignas, dicen representar las luchas de los pequeños y medianos productores, cuando son ellos quienes reproducen el modelo de saqueo y de explotación, y oprimen a los pequeños productores.


El desarrollo del paro del agro permitió que se aglutinen los actores económicos que impulsan el proyecto financiero-agroexportador y aceleró la composición de un marco político-opositor reaccionario conservador en donde juegan juntos Lilita Carrió, Cecilia Pando, Menem, De la Sota, Reuteman, Duhalde, Buzzi, De Angelis, la Sociedad Rural, el PCR-CEPA, el MST, entre otros. Este hecho nos demostró la urgente necesidad de profundizar la organización, el debate y la participación para luchar contra la reacción conservadora, que se encuentra en todos lados.


Es tarea del pueblo presionar para desplazar a los sectores regresivos que todavía están en el Estado y profundizar un proyecto de país justo, distributivo, inclusivo, nacional, popular y de integración regional solidaria. Para ello es fundamental conocer en qué momento estamos y cómo organizarnos para que el proceso de transformación social que vivimos en Latinoamérica avance con pasos firmes, organizando y consolidando la integración de los pueblos latinoamericanos.